- Caterina Calcagno
LA CULPA YA NO ES DE TUS PADRES
SOFÍA GÓMEZ PISA
Sofía Gómez Pisa nació en 1990, es poeta, periodista y aficionada al marketing digital. Todo con una dosis de música de la que desprende la construcción de su último poemario: el punk. Autora de Ella, la muerte o dios (2016, El ojo del mármol) y Nativa digital (2017, Rama dorada), presenta el recién editado poemario La culpa ya no es de tus padres (2020, Elemento Disruptivo).

¿Cómo se gestó “La culpa…”? ¿Tenés puntapiés “caballito de batalla” o sos más de armar itinerarios para escribir?
Este libro se gestó en, aproximadamente, tres años. En un principio no tenía un objetivo fijo en la escritura sino que quería hacer una suerte de continuación de Nativa digital, esa plaqueta donde me sumerjo -de una forma tampoco muy profunda- en las temáticas de las redes sociales y en ese mundo semántico propio del marketing digital y de las pantallas. Por eso, esas palabras, esos sentidos sobreviven en este libro; pero también hay otras tramas, otras temáticas que fueron saliendo en el proceso de escritura mismo, que no estaban planteadas ni siguiendo un itinerario.
Esas marcas de época (pantallas, marcas, redes) se combinan con una forma muy simple y hermosa de contarnos un crecimiento ¿lo ves como una evolución natural del poemario que crece a la par tuya como poeta?
Esa forma simple de contar las cosas, de mostrar una realidad o un crecimiento, creo que se vincula con el hecho de que este poemario haya sido conformado como un poemario punk. El punk es un género musical ligado a la simpleza, a la crudeza de rebatir contra todo lo que esté relacionado con el poder hegemónico, de una forma efectista y rápida.
Como lectora, da la impresión que la voz del poema que abre es de alguien más cercana a la adolescencia y hacia el final no, es alguien que paga monotributo por ejemplo ¿no?
Acá está la otra forma de analizar el libro. Patricio Foglia en Malón malón, catalogó al poemario como post psicoanalítico, lo cual me causó gracia y me despertó muchas inquietudes, porque hay algo en el título y en lo que le pasa a esta voz poética que pareciera estar diciéndonos algo del mundo de la maduración y del crecimiento, y a lo largo del poemario, esa voz, ese personaje, se va haciendo cargo de cada vez más cosas.
Parafraseando al primer poema del libro ¿Qué necesitas para escribir? Normalmente se cree que escribir desde la oscuridad es mucho más inspirador ¿te identificás con eso?
Si bien en un principio la escritura era una suerte de escape de la crueldad del mundo, con el tiempo se fue volviendo un oficio.
Cuando la escritura se vuelve un oficio, solo necesitas estar relajada, una idea y la pantalla en blanco.
Escribir desde el dolor no es algo que me identifique; no descarto que situaciones de dolor puedan crear escrituras posteriores pero al momento de escribir uno debe ser consciente de lo que está haciendo, de la técnica, del ritmo, del mensaje que quiere dejar…de todo lo que es una construcción poética.
Ahora, volviendo sobre los poemas y un poco sobre lo que se charló en la presentación ¿crees que hay lugar para la revolución de internet? Una especie de internet punk. A simple vista está muy normalizado ya.
No sé si soy la persona idónea para contestar esto; soy solo un usuario de internet pero recuerdo que es una creación del periodo de Guerra fría. Cuando se creó, antes de 1983- año en que comenzó su uso más comercial - era una red para transmitir mensajes en medio de la guerra. Creo que internet es una herramienta política: obvio que está intervenida por las grandes empresas para vendernos productos, pero como herramienta ha servido a movimientos revolucionarios que derrocaron gobiernos con la organización de un grupo de personas a través de Twitter (por ejemplo). También lo vemos en las micropolíticas que se suceden a diario:
algunas minorías, como los feminismos, el veganismo, etc, tienen un gran peso en la era de internet.
Muchas mujeres nos hemos informado sobre métodos para abortar y métodos anticonceptivos a través de la internet; entonces, si uno busca bien puede encontrar cosas que de otra forma nos están vedadas de la realidad social, y también, internet sirve para crear comunidades.

¿Quiénes son tus referentes?
Siempre es difícil hablar de referentes, pero recuerdo ser chica y estar contemplando la biblioteca de mi madre y ver el libro, “Cartas a un joven poeta” de Rilke, esa es una de las primeras lecturas que me llevaron a un estado compositivo, cuando dije “yo puedo ser escritora”. Me gustaba mucho Stevenson, Poe, Chesterton, Agatha Christie. Me gustaba la narrativa novelística oscura. Poetas: Kavafis, Baudelaire, Oscar Wilde, Almafuerte. También tuve una época en la que me interesaban los autores más espirituales como Hermann Hesse. Los griegos tuvieron mucho que ver con mi formación: yo me encerraba a resumir las eras de la filosofía. A Borges tanto no lo curtí, soy más sabatiana.
Roberto Arlt fue muy importante en mi formación, me abrió el camino hacia el periodismo y vínculo dos pasiones: la idiosincrasia argentina y mi curiosidad innata por contar historias.
Luego me llegaron los distópicos: Orwell, Huxley. Todo combinado con mucho rock internacional; yo no podía escribir ni leer sin escuchar música.
¿Dijiste alguna vez "yo quiero ser como tal"?
Mi formación es más de la dramaturgia y del policial. Para cuando me llegan las poetas ya tenía más de quince años y ya estaba más identificada con lo masculino. Yo quería ser como Roberto Arlt. Mi generación, además, vivió un momento de transición, los centennials van a encontrarse con escritoras mujeres en góndolas y ganando premios, pero en los 90s la brecha de género estaba muy marcada todavía, por eso yo me identifiqué con lo masculino. Las mujeres escritoras históricamente fueron invisibilizadas, del policial conocemos a Agatha Christie, a Virginia Woolf comenzamos a conocerla hace poco, Pizarnik se tuvo que morir para que la conozcamos. J. K Rowling tuvo que usar iniciales para poder vender sus novelas.
¿Qué rol cumple el periodismo en tu faceta como poeta?
Un periodista es una persona curiosa de base, que ama escribir y descubrir cosas, adquirir conocimiento y divulgarlos. Contar historias. Con la poesía tienen en común el querer saber, la búsqueda del conocimiento. Hay un periodismo de la búsqueda del conocimiento que se está perdiendo por la instantaneidad que imprime el mercado y la necesidad de vender. Los valores del periodismo se fueron dejando de lado, pero es algo que no pasa en la poesía,
quiero pensar que la poesía es ese refugio donde los escritores buscamos desesperadamente la verdad.
En ambos oficios hay una identificación primigenia relacionada con la búsqueda ulterior de conocimiento.
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