- Ma. Catalina Jiménez
VALENTINA TERESHKOVA: SOLA EN EL ESPACIO.
Iguales en la Tierra y en el Espacio.
Tereshkova llegó al Espacio de la mano de una iniciativa soviética en 1953. Todavía hoy es la única mujer en haberlo conseguido. Catalina Jiménez hace un repaso por su vida, por qué quedó seleccionada para la misión, qué hizo después y qué anhela.

Valentina Tereshkova nació en 1937 en Yaroslavl, Rusia. El 16 de junio de 1953, veintiséis años después, se convirtió en la primera mujer en viajar al espacio.
Tereshkova perdió a su padre cuando tenía solo tres años, lo que obligó a la familia a mudarse a Yaroslavl, donde viviría más de dos décadas. Trabajó desde muy chica para ayudar a su madre. El trabajo, primero en una fábrica de neumáticos y luego en una fábrica textil, la llevó a abandonar la escuela. En la adolescencia, siendo ya miembro activo de la Liga de Jóvenes Comunistas, empezó a interesarse por el paracaidismo y, a la vez que se las ingeniaba para seguir trabajando, terminó sus estudios en una escuela nocturna.
En 1959, se inscribió en un aeroclub de paracaidismo de la Fuerza Aérea Soviética. A los veintidós ya había realizado su primer salto, y rápidamente mostró ser una de las paracaidistas más avanzadas.
Aprender a caer en el aire fue la clave para años después volar al espacio:
las naves Vostok no tenían un sistema de aterrizaje, así que quien volara en ellas era expulsado y debía hacer el descenso en paracaídas.
Para la década del cincuenta, la URSS se encontraba ya conquistando el espacio. En 1957 había lanzado el Sputnik, primer satélite artificial en orbitar la tierra y, en 1961, a Yuri Gagarin, dando inicio al programa Vostok, el primero en llevar humanos al espacio en toda la historia de la humanidad. Al mismo tiempo, la URSS se jactaba del sexismo y el racismo de sus oponentes capitalistas. En 1960 cuando Kennedy asumió como presidente de los Estados Unidos, puso la mirada en la Luna. De pronto, la URSS tenía competencia y para mantenerse a la vanguardia decidió que iba a enviar, por primera vez en la historia, a una mujer al espacio. Fue así como se lanzó una convocatoria para encontrar a la candidata indicada. Tereshkova fue la elegida entre más de cuatrocientas mujeres. La carrera espacial fue una oportunidad para señalar el compromiso del gobierno soviético con la igualdad
Cumplió su misión en la nave Vostok-6, bajo el apodo Chaika que en ruso significa gaviota. Durante tres días orbitó cuarenta y ocho veces alrededor de la Tierra. Tuvo que lidiar con fuertes náuseas y jaquecas pero viajó más lejos que todos los anteriores astronautas estadounidenses. Contra todas las dificultades, finalmente descendió en paracaídas desde más de seis mil metros de altura y tocó tierra en Kazajstán, con una doble misión cumplida: para la URSS y contra el sexismo, “Un pájaro no puede volar con una sola ala. Los vuelos espaciales tripulados no pueden seguir desarrollándose sin la participación activa de las mujeres”. En un momento en el que la línea que dividía lo que era capaz de hacer un hombre y lo que era capaz de hacer una mujer estaba escrita con un trazo muy grueso.
Según el diario ruso Komsomólskaya Pravda,
Tereshkova ocultó, hasta estar en la nave, su viaje al espacio. Su familia se enteraría a través de la radio y la televisión, al mismo tiempo que toda la URSS.
El vuelo de la nave Vostok-6 fue su primer y único viaje. Luego de completar la misión, recibió el título de Heroína de la Unión Soviética y se convirtió en instructora del Centro de Adiestramiento de Cosmonautas. A partir de entonces comenzó su carrera política. Fue nombrada presidenta del Comité de Mujeres Soviéticas y miembro del Soviet Supremo, antiguo parlamento soviético. Desde 2009, Tereshkova es diputada de la Duma (parlamento de Rusia).
En 1997 se retiró de la Fuerza Aérea y del cuerpo de Cosmonautas, pero su vida volvió a cruzarse con el espacio cuando en 2013, a sus 76 años, expresó su deseo de volar a Marte aunque sea un viaje solo de ida, “Posiblemente ustedes no pueden imaginar lo hermoso que es. Cualquiera que vea la Tierra desde el espacio exterior, no puede dejar de ser asaltado por una sensación de reverencia y amor por este planeta que es nuestro hogar”.
Valentina Tereshkova sigue siendo no solo la primera sino la única mujer que ha viajado sola al espacio, y con su valentía de gaviota demostró que las mujeres pueden hacer exactamente lo mismo que los hombres.